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发表于 2012-8-3 19:32:38
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06年
生词 cirujano 外科医生 veterinario 兽医 afecto 感情 mentalidad 观念,思维方式
Por un perro
Jaime tenía cuarenta y tres años y trabajaba como cirujano en un hospital por las mañanas. Por las tardes, se dedicaba a su consulta privada y no le importaba a qué hora terminara. Nadie los veraba en casa, porque era soltero y siempre había vivido solo. Una tarde, cuando se dirigía al supermercado, vio un grupo de personas que miraban hacia el suelo. Se acercó para saber qué ocurría, pensando en algún herido. No logró ver nada pero de las conversaciones que oyó, supo que no se trataba de una persona que pudiera nacesitar sus servicios sino de un perro, atropellado(碾过,撞倒) por un coche. Entonces, siguió su camino hacia el supermercado. Una vez terminadas las compras. En el camino de regreso, llegó al sitio donde anteriormente se había encontrado los curiosos, mirando al animal herido. Las personas habían desaparecido, y Jaime pudo ver al perro. Vacilón poco, pues, aunque él era médico, no era veterinario, y no podía encargarse de este problema. Pero viendo los ojos que le pedían ayuda, decidió llevarlo a una clínica veterinaria. Días después, cuando el perro se mejoró, sin heber podido encontrar a su dueño a pesar de muchos esfuerzos. Jaime lo llevó a su departamento. Empezó a llamarlo Bovi. Era un perro inteligente y no provocaba problemas. Poco a poco, le cogió cariño, considerándolo un buen compañero, y se alegraba de tenerlo siempre cerca. Junto con el afecto y cariño que le trajo el animal. Jaime cambió su mentalidad sobre la gente. Ahora era más abierto con los compañeros del hospital y con sus pacientes. Les contaba las historias de Bovi e incluso su propia vida. Se volvió mucho más amable y cariñoso.
Casi un año después, un día, Jaime llevó a Bovi a pasear por un parque. De repente, el animal corrió hacia un banco y se detuvo frente a la mujer sentada en él. Le ladró(叫,吠) y movió la cola alegremente. Y la mujer al ver el perro, se lanzó sobre él, acariciándolo(抚摸) y llamándole Brutus muchas veces. Resultó ser la antigua dueña del perro, y los dos tuvieron una larga y desagradable discusión sobre a quién pertenecía el perro. Finalmente, Jaime tuvo que ceder y acompañó a la mujer y el perro a su casa. Al dejar a Bovi en manos de su antigua dueña, le quedó un vacío muy grande. Lo extrañaba tanto que empezó a buscarlo en la casa de la mujer para que le acompañara en sus paseos. Jaime y la antigua dueña empezaron a compartir el perro y a veces, Jaime lo llevaba a su propia casa donde pasaba algunos días. Con el tiempo, la mujer y Jaime se hicieron amigos. Ella tenía treinta y cinco años y era abogada. Para sorpresa de Jaime, era soltera también. Los fines de semana, se juntaban para charlar y tomar una copa de vino compartiendo sus soledades. Muchas veces se reían, mirando al perro y no sabían cómo llamarlo, Bovi o Brutus. Ellos no se esperaban que gracias a él, le supiera llegado el afecto amoroso que nunca imaginaron poder encontrar y sus vidas cambiaron positivamente.
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