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本帖最后由 subtleyeah 于 2019-6-10 18:47 编辑
Qué hacemos con ‘Lolita’? 我们应对《洛丽塔》持何种态度?
此篇文章,列举了家长制文化中两种不变因素,分析了《洛丽塔》小说中的性侵犯情节,从而提出问题:我们应如何看待《洛丽塔》这个故事?是的,我们要去阅读这本小说,因为它确实是一本伟大的小说。但是,我们也要去分析它,批判它,要用这本书去理解家长制这种文化是如何带给我们利弊的。我们还要阅读其他的文章,拥有另一种视角,绝不能只用家长制的角度去看待问题。
副标题:
La obra de Vladimir Nabokov debe ser leída, analizada y utilizada para entender cómo el patriarcado (家长制) manipula en su beneficio, y para nuestra desgracia, la cultura. Pero en ningún caso la novela debe ser sacralizada (神圣)
正文:
Miedo y hostilidad (敌对): es la reacción de muchos ante el movimiento #Metoo (我也是,指反性侵运动), es decir, ante el feminismo aplicado a la cultura. Creadores, intelectuales, se inquietan por la libertad de creación; temen que la ideología se imponga a la calidad como criterio (标准) supremo; y afirman el derecho del arte de representar el mal.
Este último argumento me parece el más interesante y en él me voy a concentrar. No podemos exigir, nos dicen quienes así piensan, a las novelas, películas, óperas... que pinten un mundo edulcorado (甜甜的), políticamente correcto, con personajes positivos y acciones moralmente irreprochables (无可指责的). El arte que así lo hiciera sería falso. Tomemos, por ejemplo (es de hecho su ejemplo favorito) Lolita: la historia de un hombre maduro, Humbert Humbert, al que le gustan las niñas. El mundo, nos dicen, está lleno de Humberts. ¿Qué ganaríamos censurando (评价) su reflejo literario?
Acepto el reto: tomemos Lolita. Y lo primero que veo es que es una historia de violencia ejercida por un hombre contra una mujer. Qué curioso: quienes defienden la legitimidad (合法,正当) de representar artísticamente el mal, nunca reparan en el detalle de que el mal en cuestión suele ser el de los poderosos (varones, occidentales, blancos, de clase media o alta) contra los subalternos 低级的人(mujeres, colonizados, de otras razas o pobres). ¿Quizá si esos intelectuales tan preocupados por la libertad del arte para mostrar la violencia, no pertenecieran al grupo de los potenciales artistas sino al de las potenciales víctimas, lo verían de otra manera?... Pero Dios me libre de ser tan mal pensada. Sigamos con el argumento: es necesario que el arte hable del mal.
Por supuesto, estoy de acuerdo. El mal existe y el arte debe reflejarlo. La cuestión es cómo. Comparemos, por ejemplo, dos cuadros que nos muestran la violencia de un hombre contra una mujer. En el de Tiziano La violación de Lucrecia, un hermoso joven, ricamente ataviado (打扮了的), blande un puñal ante una hermosa mujer, sugestivamente (诱人地) desnuda y enjoyada (戴有珠宝的). Es un cuadro muy bello, que evita lo escabroso粗鲁的 (no hay sangre, ni la violación es explícita)... y muestra una constante (不变因素,衡量) de la cultura patriarcal (族长制的): la que consiste en estetizar, erotizar (挑逗情欲), edulcorar, la agresión masculina y el sufrimiento femenino, desde los bellos raptos (冲动), violaciones y suicidios mostrados en pintura y escultura (Dido, Lucrecia, las sabinas...), hasta la modelo semidesnuda con una soga al cuello en un desfile de David Delfín, pasando por las heroínas suicidas del belcanto y los simpáticos violadores de Almodóvar. Muy distinto es Unos cuantos piquetitos de Frida Kahlo, en el que un hombre sonríe satisfecho ante el cadáver desnudo (solo lleva un zapato) de una mujer. La fatuidad (愚蠢;狂妄) de su sonrisa, el baño de sangre, la incongruencia (不一致) del zapato... todo provoca en el espectador un escalofrío (寒战;害怕) que no suscita la obra de Tiziano (提齐安诺·维伽略 意大利文艺复兴后期威尼斯画派的代表画家).
En el texto, las mujeres mayores, especialmente si tienen poder, resultan ridículas y odiosas
En su novela, Nabokov nos presenta la violación de Lolita como Tiziano la de Lucrecia en su cuadro. ¡Qué atractiva es Lolita, qué erótica (色-q的) su indefensión! ¡Qué seductor es Humbert! ¡Qué enamorado está! Pobre, no le queda más remedio que casarse con la (insoportable) madre de Lolita para acercarse a su amada, y cuando por fin la madre muere, él rapta (拐骗) a la niña y la viola cada noche. Es reprobable, claro, pero el pobre Humbert está tan enamorado... (Sí, ya sé. Nabokov condenaba a Humbert. Pero aquí no analizo las opiniones del ciudadano Nabokov, sino la novela, fuera cual fuese la intención consciente de su autor). Hasta la Providencia parece estar de su lado: él planea asesinar a la madre de Lolita, pero no necesita mancharse las manos, pues el azar la hace morir atropellada; es detenido y juzgado, pero un oportuno infarto (梗塞) le hace escapar a la humillación de una condena... Humbert resulta, en fin, un caballero encantador, y quienes se oponen a sus designios (想法), intentando proteger a la niña, nos son descritas (se trata siempre de mujeres mayores) como personajes odiosos y ridículos. O aunque no intenten proteger a nadie: en Lolita, las mujeres mayores, especialmente si tienen algún poder, siempre resultan ridículas y odiosas. Otra constante de la cultura patriarcal.
¿Lolita representa el mal, pero en nombre de la libertad y de la calidad artística (nadie niega que sea una gran novela), debemos abstenernos de criticarla, como nos piden sus defensores? Ay, qué pena, hay un problema: la novela está escrita de tal modo que consigue hacernos olvidar que está mal violar niñas. No es casual que haya sido y siga siendo casi unánimemente (一致地) definida como “una historia de amor”. Recordemos que claramente, Lolita no desea tener relaciones sexuales con ese hombre que cuadruplica (大四倍) su edad y que ha sido el marido de su madre. Recordemos que él la tiene en su poder (es su tutor legal), la vigila, impide que pida ayuda y la somete a violencia física. Recordemos que Lolita llora amargamente cada noche después de que él la viole. ¿“Amor”?...
Él la tiene en su poder, la vigila, impide que pida ayuda y la somete a violencia física
Llegados a este punto, no puedo evitar formular una pregunta que sonará a provocación (挑衅), pero que me parece pertinente (有关的): quienes defienden Lolita, ¿lo hacen porque es una obra de arte y a pesar de que muestra, e implícitamente (含蓄地) justifica, la violación de una niña, la reducción del ser humano femenino a la condición de objeto para el placer masculino, la ridiculización (嘲笑) y burla de cualquier mujer no sometida... o lo hacen porque su condición de obra de arte la sacraliza y nos prohíbe por lo tanto criticar todo lo anterior? (como piensa Lola López Mondéjar: véase Cada noche, cada noche, su interesante novela-ensayo sobre Lolita). Por cierto, quizá no está de más recordar (es este otro detalle en el que los defensores de Lolita raramente reparan) que el mundo está lleno no solo de Humberts, sino de Lolitas: de niñas y mujeres maltratadas y violadas. Que esto preocupe solamente al 1,8 % de los españoles algo tendrá que ver con una cultura, de la que Lolita no es más que un ejemplo, que banaliza (尽人皆知) esa violencia. Y que del 1,8 hayamos pasado en unos meses al 4,6 % (última encuesta del CIS), algo tendrá que ver a su vez con la campaña #metoo.
Retomo la pregunta del título: ¿qué hacemos con Lolita? A la luz de lo que llevo dicho, se comprenderá mi conclusión: leerla, sí, porque es una gran novela. Pero también analizarla. Criticarla. Usarla para entender cómo el patriarcado manipula en su beneficio, y para nuestra desgracia, la cultura. Buscarle alternativas: leer y dar a leer otros textos, que en vez de reproducir ad nauseam (恶心) la visión patriarcal del mundo, nos ofrezcan un nuevo punto de vista, como hace Frida Kahlo. Cualquier cosa, en fin, menos sacralizarla.
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